miércoles, 20 de marzo de 2013

Efecto del ejercicio acuático sobre la cinemática del patrón de marcha en pacientes con enfermedad de Parkinson: un estudio piloto

Efecto del ejercicio acuático sobre la cinemática del patrón de marcha en pacientes con enfermedad de Parkinson: un estudio piloto

Paula Rodríguez, José M. Cancela, Carlos Ayán, Carla do Nascimento, Manuel Seijo-Martínez.



Objetivo. Determinar los efectos sobre las alteraciones de la marcha en un grupo de personas afectadas de enfermedad de Parkinson (EP) mediante la aplicación de un programa de ejercicio físico desarrollado en el agua.

Pacientes y métodos. Un total de nueve pacientes diagnosticados de EP idiopática, con estadios I-III según la escala de Hoehn y Yahr, participaron en un programa basado en la realización de una sesión de ejercicio acuático por semana durante cinco meses. Se empleó un análisis biomecánico tridimensional para determinar los efectos del programa sobre el comportamiento de los parámetros cinemáticos (velocidad de desplazamiento, cadencia, longitud de zancada, tiempo de paso, tiempo en apoyo simple y tiempo en apoyo doble, y ángulos de la cadera, de la rodilla y del tobillo) evaluados mediante la realización de marcha en tapiz rodante.



Resultados. Tras la finalización del programa, se observó un aumento significativo en la velocidad de la marcha y en la longitud de zancada, así como en la relación apoyo simple/apoyo doble (p < 0,05). El incremento encontrado en el rango de movilidad articular no resultó significativo.



Conclusiones. El ejercicio físico desarrollado en el agua parece tener efectos positivos sobre algunas de las variables cinemáticas que caracterizan el patrón biomecánico de la marcha de los pacientes con EP.



Palabras clave. Alteraciones de la marcha. Biomecánica. Ejercicio físico. Fisioterapia. Parkinson. Rehabilitación.



Introducción

Los trastornos de la marcha suponen uno de los principales desafíos terapéuticos en la enfermedad de Parkinson (EP) [1], pues implican un riesgo de caídas, discapacidad y declive físico [2]. Los avances
en el tratamiento de las alteraciones de la marcha en EP, especialmente a través de la farmacoterapia, han sido limitados, mientras que las técnicas quirúrgicas (talamotomía y estimulación cerebral profunda) no mejoran los problemas de la marcha y del equilibrio. Permanecen desconocidos los sustratos neuroquímicos que subyacen al trastorno de la marcha parkinsoniana, ya que, salvo que ésta ocurra en la fase off, no suele responder de forma significativa al tratamiento con levodopa [3]. Como consecuencia, es importante considerar en la terapia antiparkinsoniana opciones alternativas complementarias, como la terapia física, que han dado resultados funcionales favorables [4,5]. A este respecto, se ha confirmado la efectividad de distintos programas de rehabilitación física en las alteraciones de la marcha en EP [6,7], si bien se dispone de poca información sobre el efecto del ejercicio físico en el agua [8,9]. Sin embargo, la evidencia científica aportada por estas investigaciones presenta ciertas limitaciones metodológicas, y destaca el escaso empleo de técnicas de valoración objetivas, como el análisis biomecánico postural [10]. A este respecto, existe una necesidad de identificar los efectos de los programas de ejercicio en el patrón de la marcha mediante la valoración de ciertas variables cinemáticas, incluyendo los ángulos articulares durante el ciclo de la marcha. Este aspecto se ha estudiado poco a pesar de que aporta información de gran relevancia en la EP [11]. Por estos motivos, el propósito de este pequeño estudio piloto es determinar los efectos
sobre las alteraciones de la marcha en un grupo de personas afectadas de EP mediante la aplicación de un programa de ejercicio físico desarrollado en el agua y utilizando un análisis biomecánico diseñado para tal efecto.

Pacientes y métodos

Muestra

Los participantes de este estudio fueron seleccionados a través de una carta de invitación dirigida a to-
dos los miembros de la Asociación Parkinson Galicia-Bueu, mediante un convenio de colaboración
establecido entre dicha entidad y la Universidad de Vigo. Los criterios de inclusión fueron:

– Diagnóstico de EP idiopática con respuesta favorable a levodopa [12].

– Estadio evolutivo entre I-III de acuerdo con la escala de Hoehn y Yahr [13].

– Clínicamente estables, sin cambios en la terapia antiparkinsoniana en los tres meses previos al inicio del programa.

– Posibilidad de asistir al programa de ejercicio acuático.

Fueron excluidos del estudio aquellos pacientes que no podían desplazarse de manera autónoma o que presentaban alguna otra enfermedad que desaconsejase la práctica de actividad física. Previamente al desarrollo de la investigación, se obtuvo la aprobación del comité ético del Servicio Galego de Saúde-Xunta de Galicia (2011/343) y el consentimiento firmado de todos los participantes.

Intervención

Los pacientes participaron en un programa basado en la realización de una sesión de ejercicio acuático por semana con una duración total de cinco meses.

Todas las sesiones fueron organizadas bajo la misma estructura y divididas en tres fases. La primera fase correspondía al calentamiento (duración: 10 minutos), consistente en caminar en distintas direcciones y sentidos a lo largo de la piscina; la segunda correspondía a la fase principal (duración: 25 minutos); y la tercera estaba destinada a la realización de nado suave, flotación pasiva y estiramiento (duración: 15 minutos). Los ejercicios propuestos en la fase principal tenían como objetivo la mejora del equilibrio, la coordinación y la fuerza de los miembros inferiores. Por ello, durante esta fase de la sesión se programó la realización de dos series de 20 repeticiones/pasos de ejercicios calisténicos generales (jogging remando con manos hacia adelante/hacia atrás, desplazamientos con elevación de rodillas, elevación y descenso sobre un step acuático, desplazamientos en cruce, desequilibrios apoyados contra la pared, media-sentadilla y fondos), permitiéndose un descanso pasivo de 30 segundos entre ambas series. El volumen del programa de entrenamiento permaneció estable, no así la intensidad, que se fue incrementando a medida que el nivel de los pacientes lo permitía, mediante la realización de ejercicios más complejos que requerían una mayor velocidad y coordinación del movimiento, así como un incremento de la magnitud de la resistencia que se debía vencer (mediante el uso de tablas de flotación o lastres acuáticos). Las sesiones fueron dirigidas por una fisioterapeuta con experiencia en EP, quien demostraba y coordinaba la realización de los ejercicios desde el interior de una piscina de reducidas dimensiones (11,80 × 7,75 m), dotada con una rampa de acceso y de profundidad progresiva (0,75 a 1,50 m). La temperatura del agua se mantuvo en 28 °C.

Análisis biomecánico

Los resultados del programa desarrollado se cuantificaron por medio de un análisis biomecánico de la marcha. Se realizo un análisis control una semana antes y un segundo control una semana después de la intervención. La recogida de datos se llevó a cabo de forma automática a través del Software Motion System (Pro Triner DV software V.8.1, Sports Motion, Inc, Cardiff, UK), que permite obtener datos relacionados con variables cinemáticas (ángulo de la cadera, de la rodilla y del tobillo, velocidad de desplazamiento, cadencia, longitud de zancada, tiempo de paso, tiempo en apoyo simple y tiempo en apoyo doble) [14]. Con este objetivo, se colocaron sobre los puntos anatómicos específicos de la extremidad inferior derecha de cada paciente 13 referencias esféricas reflectantes, lo que permitió un análisis del ciclo de la marcha tridimensional. Los pacientes caminaron a velocidad libre durante cuatro minutos sobre un tapiz rodante, y se registraron las mediciones entre el segundo y tercer minuto con el fin de reducir
las interferencias provocadas por la posible existencia de bloqueos en la marcha, la aceleración inicial y a deceleración final. A través del programa Matlab, se normalizaron los datos obtenidos para definir un ciclo de la marcha completo y se establecieron los puntos máximos de flexión y extensión por articulación (cadera, rodilla, tobillo). Todos los participantes fueron evaluados en fase on (entre 60 y 90 minutos después de la última toma de levodopa).

Análisis estadístico

Se calcularon las medias y desviaciones típicas para definir las características de la muestra objeto de estudio.

Se comprobó la normalidad de la muestra a través de la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Con el fin de identificar los efectos del programa acuático sobre las variables cinemáticas, se llevó a cabo la prueba t de Student para muestras relacionadas. El análisis estadístico se efectuó mediante el programa estadístico SPSS v.19. Todos los datos cumplieron el criterio de normalidad, por lo que el análisis se desarrolló a través de estadísticos paramétricos. Un valor p < 0,05 se consideró estadísticamente significativo.

Resultados

Se incluyeron nueve pacientes en el programa. Todos lo finalizaron, cumpliendo una media de adhesión al programa próxima al 85% (17 de 20 sesiones).

Los datos demográficos y de afectación clínica de la muestra se resumen en la tabla I. Los resultados obtenidos una vez finalizada la intervención indican la existencia de una serie de cambios en las variables biomecánicas del patrón de la marcha (Tabla II). En la figura se muestra la comparación del perfil cinemático del miembro inferior derecho de los participantes durante un ciclo completo de la marcha antes y después de la intervención, tomando como referencia los respectivos valores medios de población sana. Con respecto a los parámetros cinemáticos, se aprecia que la longitud de su zancada se incrementó un 30,48% (p = 0,001) y la velocidad del paso aumentó un 20,21%, aunque este resultado no fue estadísticamente significativo. Se observó un incremento en la relación entre tiempo de apoyo simple y apoyo doble en torno al 35% (p = 0,031). También se observó una reducción en la cadencia (6,47%; p =0,057) y un aumento en el tiempo de paso (2,54%; p = 0,52). En cuanto al rango de movilidad articular, se observó un ligero aumento del rango de movilidad en las tres articulaciones estudiadas, pero no se alcanzó significación estadística.

De acuerdo con los resultados obtenidos, no se observaron cambios relevantes en el patrón de la marcha, salvo una ligera tendencia hacia la adquisición de cierta normalización durante la fase de apoyo (40-60% del ciclo) en las articulaciones de la rodilla y cadera.

Discusión

Los resultados obtenidos en el análisis biomecánico inicial están en línea con lo indicado por otros autores [15,16] y confirman que el paciente con EP, en comparación con la población sana, presenta una menor velocidad de desplazamiento y una menor longitud de zancada, así como un menor rango de movilidad articular en sus miembros inferiores.

La mejora significativa observada en la longitud de zancada y en la relación entre el tiempo de apoyo simple y doble podría ser el resultado de los efectos del ejercicio acuático, basándose en el hecho de que las tareas provocasen una mejora en el equilibrio y en la fuerza de los miembros inferiores [17]. Estas mejoras se traducen en un patrón de marcha más seguro y con un mayor control postural. Las investigaciones centradas en el entrenamiento de la fuerza muscular, del equilibrio y de la estabilidad postural en la EP han encontrado resultados similares a los aquí presentados [18-20]. Por otro lado, hay que tener en cuenta la posible influencia de dos factores determinantes en los efectos que los programas de ejercicio físico tienen sobre la marcha en pacientes con EP. Éstos son el empleo de señales rítmicas y la estimulación del metabolismo aeróbico [7]. En el primer caso, es conocido su efecto positivo sobre la fluidez del movimiento en la persona afectada de EP, lo que favorece de forma significativa su patrón de marcha [21,22]. Del mismo modo, se ha comentado que la estimulación metabólica aeróbica puede traducirse en ganancias tanto en la longitud del paso como en la velocidad de desplazamiento [23].

En relación con esto, parece oportuno comentar que el programa de ejercicio acuático aplicado en este estudio incluía demostraciones rítmicas de los movimientos que servían de patrón y guía básica para su correcta ejecución. Además, aunque no se valoró objetivamente la intensidad de las sesiones, a juzgar por su duración y la intervención de grandes grupos musculares en la realización de gran parte de las tareas propuestas, no se descarta la existencia de un estímulo aeróbico de magnitud suficiente como para tener el efecto anteriormente mencionado. Conviene señalar que un protocolo fisioterápico desarrollado en el medio acuático con pacientes con EP no encontró cambios significativos en la cinemática de la marcha [24], y mostró diferencias en cuanto a los contenidos del programa de ejercicio y menor duración de éste.

Asimismo, la ausencia de un análisis biomecánico específicamente diseñado para el estudio del ciclo de la marcha de los participantes no permite una comparación directa con los resultados aquí presentados.

Es posible que los cambios cinemáticos encontrados en los pacientes con EP tras finalizar la intervención pudieran deberse a una hipotética mejora condicional. Fisher et al [25] comprobaron que la práctica de ejercicio físico produjo una ganancia en el rango de amplitud articular de un grupo de pacientes con EP que se entrenaron a diferentes intensidades, si bien sólo fue significativa en aquéllos que participaron en el programa de mayor exigencia física. En esta línea, se ha observado que, hacia la mitad del ciclo de la marcha, la fuerza muscular generada en la cadera se encuentra reducida en la EP, dificultando la elevación del muslo y, por tanto, la fluidez y la evolución de la pierna de apoyo hacia la fase aérea [26]. Por eso, una hipotética ganancia de fuerza provocada por el programa de ejercicio acuático podría ser la causante de la tendencia hacia la normalización del patrón de movimiento de esta articulación durante la fase de apoyo encontrada tras la intervención.

Desde el conocimiento de los autores, este trabajo constituye el primer abordaje investigador hasta la fecha que propone analizar los efectos de un programa de ejercicio acuático en el patrón de marcha de pacientes con EP por medio de análisis cinemático, si bien no está exento de importantes limitaciones.

A este respecto, el reducido tamaño de la muestra y la ausencia de un grupo control constituyen dos factores determinantes que reducen la aplicabilidad y capacidad de generalización de los resultados aquí presentados.

Por otro lado, la reducida frecuencia semanal de entrenamiento, la posibilidad de que el tapiz rodante no refleje fielmente la normalidad de ciclo de la marcha de los participantes y no haber tenido en cuenta la asimetría propia del paciente con EP en el análisis cinemático son factores que también podrían considerarse potencialmente limitantes. Sin embargo, la larga duración de la intervención y la elevada participación lograda durante su desarrollo pueden, en cierto modo, contrarrestar el reducido número de sesiones por semana realizado y garantizar cierto efecto del ejercicio sobre los parámetros analizados. Además, conviene señalar que intervenciones de mucha menor duración, pero con un número similar de sesiones de rehabilitación física a las finalmente realizadas en este estudio, han logrado también efectos significativos en la marcha de personas con EP [27]. Con respecto a la posibilidad de que el patrón de marcha analizado estuviese de algún modo desnaturalizado, es necesario aclarar que esta idea surge de considerar el efecto que tiene en el paciente con EP tener que caminar a un ritmo constante de acuerdo con la velocidad que el tapiz rodante exige, y que limita su libertad de movimiento [28]. Sin embargo, los cambios que sobre la marcha provoca el caminar sobre un tapiz rodante en personas con EP parecen afectar mayormente a quienes se encuentran en estadios más avanzados de la enfermedad [29], superiores a los de los participantes de este estudio. A esto hay que añadir que se ha demostrado que, cuando este tipo de pruebas se realiza en la fase on, el patrón de marcha se muestra mucho más normalizado [3]. Por último, en relación con la falta de fiabilidad de los datos obtenidos en el análisis biomecánico, al haberse analizado sólo el miembro inferior derecho de cada paciente, conviene mencionar que la asimetría no parece ser un factor de gran relevancia cuando los pacientes son evaluados bajo el efecto de su medicación [11], como ha sido el caso.

Sobre la base de lo anterior, los resultados muestran indicios de que el ejercicio físico desarrollado en el agua tiene efectos positivos sobre algunas de las variables cinemáticas que caracterizan el patrón biomecánico de la marcha de pacientes con EP. Ésta puede ser una opción rehabilitadora que se debe considerar por el neurólogo siempre que existan los recursos necesarios para su puesta en práctica. Futuros estudios aleatorizados y controlados, y con una mayor potencia muestral, son necesarios para confirmar los hallazgos aquí presentados.

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Tabla II. Análisis del efecto del programa de agua sobre los parámetros cinemáticos estudiados.


Preintervención Postintervención p

Velocidad de paso (m/s) 0,94 ± 0,33 1,13 ± 0,31 0,340

Longitud de zancada (cm) 151,02 ± 6,33 191,00 ± 12,19 0,001 a

Cadencia (pasos/min) 103,44 ± 13,66 96,75 ± 15,99 0,057

Tiempo de paso (s) 1,18 ± 0,21 1,21 ± 0,24 0,520

Apoyo simple/apoyo doble 1,11 ± 0,23 1,50 ± 0,41 0,030 a

Rango de movimiento de la cadera (grados)

42,23 ± 3,01 43,28 ± 4,01 0,176

Rango de movimiento de la rodilla (grados)

53,50 ± 5,67 55,11 ± 12,14 0,422

Rango de movimiento del tobillo (grados)

13,55 ± 2,85 14,74 ± 5,47 0,577

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Tabla I. Datos demográficos y de afectación clínica de la muestra objeto de estudio.

Edad

(años)

Sexo

Años

diagnosticados

Peso

(kg)

Altura

(cm)

Longitud de

la pierna (cm) a

Hoehn

y Yahr

Medicación

Paciente 1 74 Mujer 2 88,3 147,27 68,61 3 Rotigotina, levodopa

Paciente 2 70 Varón 6 60,6 154,69 73,85 3 Rotigotina, levodopa

Paciente 3 63 Varón 5 78 166,95 77,91 2

Levodopa/benseracida, rasagilina mesilato, ropinirol

Paciente 4 65 Mujer 13 66,5 168 81,64 3

Levodopa/carbidopa, rasagilina mesilato, carbidopa/entacapona/levodopa

Paciente 5 69 Varón 3 62,1 160,24 76,16 3

Rasagilina mesilato, levodopa, carbidopa y entacapona

Paciente 6 56 Varón 7 69,7 161,85 80,90 3 Carbidopa, levodopa

Paciente 7 72 Varón 2 80,1 162 81,22 2 Levodopa, carbidopa y entacapona, rotigotina

Paciente 8 77 Mujer 20 68,5 153,88 74,63 3 Carbidopa, levodopa

Paciente 9 61 Varón 6 89 170,20 88,02 2

Carbidopa/levodopa, rasagilina mesilato, rotigotina

Media ± DE 67,44 ± 6,72 – 7,11 ± 5,88 73,64 ± 10,65 160,56 ± 7,48 78,1 ± 5,61 2,66 ± 0,50 –

DE: desviación estándar. a Distancia desde el trocánter mayor al suelo.



MAMEN



Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? (I)

Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? (I)

Ángel Golimstok, Juan Ignacio Rojas, Edgardo Cristiano

Servicio de Neurología. Hospital Italiano de Buenos Aires.

Buenos Aires, Argentina.

Correspondencia: Dr. Ángel Golimstok. Servicio de Neurología.

Hospital Italiano de Buenos Aires. Gascon, 450. CP 1411.

Buenos Aires, Argentina.

E-mail: angel.golimstok@hospitalitaliano.org.ar

Aceptado: 20.11.12.

Cómo citar este artículo: Golimstok A, Rojas JI, Cristiano E.

Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una

asociación? [carta]. Rev Neurol 2013; 56: 350-1.

© 2013 Revista de Neurología


Hemos leído con interés el trabajo de revisión de Labiano-Fontcuberta y Benito-León [1]. En esta clarificadora exposición se menciona en la conclusión  que ‘en virtud de los resultados presentados,muchos autores se posicionan a favor de la asociación entre ambas entidades, pero esta postura no es compartida por otros colegas’ [1].

Con respecto a la posición contraria a la asociación entre ambas entidades propuesta, consideramos comentar la revisión de Adler et al [2] en donde, si bien reconocen una superposición clinicopatológica entre temblor esencial y enfermedad de Parkinson (EP) mencionada en algunos estudios, critican la metodología e interpretación de muchos de los estudios que han sido utilizados por Labiano-Fontcuberta y Benito-León como evidencia favorable a la asociación de ambas patologías [3,4]. Así mismo, coincidimos
con estos autores en que las principales evidencias necesarias para fundamentar la asociación entre temblor esencial y EP deberían ser: a) el aumento de la presencia de cuerpos de Lewy en casos de temblor esencial, y b) el incremento significativo de casos con clínica de temblor esencial en series de autopsias con presencia
de cuerpos de Lewy.

En el primer tipo de evidencia, compartimos la crítica metodológica a los trabajos de Louis et al [3,4], que al excluir pacientes con clínica de EP o demencia solamente en los controles impedirían la presencia de cuerpos de Lewy en este grupo, posibilitando que los sujetos con temblor esencial tengan significativamente mayor presencia de cuerpos de Lewy.

En el segundo tipo de evidencia, reconocemos que la escasez de notas clínicas de temblor esencial en los estudios de casos con enfermedad por cuerpos de Lewy incidental limita una conclusión favorable a la asociación de ambas entidades nosológicas.

Adler et al [2] también relativizan los hallazgos del estudio de Benito-León et al [5] basado en la cohorte poblacional NEDICES [6], sugiriendo que a pesar de haber demostrado un riesgo cuatro veces mayor de sufrir EP en pacientes con temblor esencial a los 3,3 años de seguimiento, el riesgo absoluto se incrementó sólo un 2,3%.

Pero en este caso no coincidimos con la crítica porque el objetivo del análisis es determinar la existencia de una asociación y no el de categorizar el riesgo, para lo cual el seguimiento considerado debería ser más prolongado.

Creemos muy acertada la sugerencia de  pensar en una variante clínica especial que combine temblor esencial y EP con un pronóstico motor más favorable pero probablemente asociado a un perfil cognitivo-conductual propio de estos casos, recordando que los criterios de enfermedad con cuerpos de Lewy mencionan el temblor postural como una característica a tener en cuenta [7].

Finalmente, parece claro que para validar la variante clínica propuesta será necesario superar la dificultad para localizar en el cerebro ambas enfermedades funcionales [8].

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Correspondencia: Dra. Roser Ribosa Nogué. Unidad de Trastornos del Movimiento. Servicio de Neurología. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Avda. Sant Antoni M. Claret, 167. E-08025 Barcelona.
Aceptado: 20.11.12.

Cómo citar este artículo: Ribosa-Nogué R, Gironell A. Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? [carta]. Rev Neurol 2013; 56: 351.

© 2013 Revista de Neurología

Hemos leído con interés el artículo de revisión de Labiano-Fontcuberta y Benito-León publicado recientemente en Revista de Neurología [1]. En él, los autores sugieren una potencial asociación entre el temblor esencial y la enfermedad de Parkinson (EP) y defienden la entidad ‘síndrome mixto temblor esencial-EP’. Sin embargo, la asociación entre ambas patologías sigue siendo controvertida. Los autores resaltan la dificultad del diagnóstico diferencial entre ambas enfermedades en las fases iniciales. Así, es conocido que el temblor de acción, tan característico del temblor esencial, está presente en alrededor del 90% de los pacientes con EP [2]. Además, algunos pacientes con EP (se desconoce el porcentaje con exactitud) pueden incluso comenzar clínicamente con un temblor de acción meses o años antes de desarrollar el resto de las manifestaciones parkinsonianas [3,4], dando la impresión de un temblor esencial que acaba convertido en EP.

Existen pocos estudios que analicen el temblor de acción como forma de presentación de la EP [3,4]. Por este motivo, creemos de interés aportar nuestra experiencia. Analizamos la prevalencia y características clínicas de los pacientes que consultaron por temblor de acción y fueron diagnosticados finalmente de EP durante el seguimiento. En nuestro estudio se recogieron de manera prospectiva y consecutiva las características demográficas y clínicas de las primeras visitas realizadas durante el año 2010 en nuestra Unidad de Trastornos del Movimiento, así como la revisión diagnóstica de éstas al año [5]. Del total de 423 pacientes que consultaron por primera vez, el 21% de ellos lo hicieron por temblor de acción aislado. Los pacientes fueron examinados por un neurólogo experto en trastornos del movimiento, quien determinó la presencia de temblor de acción en todos ellos, definido como un temblor antigravitatorio de las extremidades superiores sin latencia. De estos pacientes, 5 (5,5%) fueron diagnosticados finalmente de EP, lo que supone el 4% del total de pacientes diagnosticados de EP en nuestra muestra.

Este grupo de pacientes tenía una media de edad de 72,0 ± 8,3 años, había tres mujeres y dos hombres, y en ningún caso existían antecedentes familiares de temblor. El temblor de acción afectaba en todos ellos a ambas extremidades superiores (en tres casos era asimétrico), no se acompañaba de temblor de reposo y el tiempo medio de evolución era de 14,4 ± 6,8 meses. Un paciente refería sintomatología no motora florida en forma de trastorno de conducta del sueño REM, hiposmia y alucinaciones visuales de pasaje; otro refería solamente trastorno de conducta del sueño REM, y los demás tenían únicamente quejas subjetivas de memoria.

En la primera visita, tres pacientes fueron diagnosticados de temblor esencial, mientras que los otros dos recibieron el diagnóstico de EP por presentar ya parkinsonismo unilateral. El tiempo medio de seguimiento para llegar al diagnóstico definitivo de EP fue de 4,0 ± 3,7 meses. Cuando se instauró tratamiento dopaminérgico, hubo mejoría clínica de todos los síntomas parkinsonianos, incluido el temblor.

En definitiva, el temblor de acción puede ser el primer síntoma de la EP, como refleja el 4% de pacientes de nuestra serie. Hay que tener en cuenta este diagnóstico, especialmente ante un temblor de acción de poco tiempo de evolución y sin antecedentes familiares. Esta forma de presentación poco frecuente de la EP puede conllevar diagnósticos erróneos y una sobreestimación de la asociación entre el temblor esencial y la EP.

Bibliografía

1. Labiano-Fontcuberta A, Benito-León J. Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? Rev Neurol 2012; 55: 479-89.

2. Louis ED, Levy G, Cote LJ, Mejía H, Fahn S, Marder K. Clinical correlates of action tremor in Parkinson disease. Arch Neurol 2001; 58: 1630-4.

3. Jain S, Lo SE, Louis ED. Common misdiagnosis of a common neurological disorder: how are we
misdiagnosing essential tremor? Arch Neurol 2006; 63: 1100-4.

4. Chaudhuri KR, Buxton-Thomas M, Dhawan V, Peng R, Meilak C, Brooks DJ. Long duration asymmetrical postural tremor is likely to predict development of Parkinson’s disease and not essential tremor: clinical follow up study of 13 cases. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2005; 76: 115-7.

5. Ribosa-Nogué R, Gironell A, Pagonabarraga J, Villa-Bonomo C, Pascual-Sedano B, Kulisevsky J.
Análisis descriptivo de la actividad de una unidad de trastornos del movimiento en un hospital terciario de Cataluña. Rev Neurol 2012; 55: 330-6.

Réplica

Andrés Labiano-Fontcuberta a,b,

Julián Benito-León a,b,c a Servicio de Neurología. Hospital Universitario 12 de Octubre. b Departamento de Medicina. Facultad de Medicina.

Universidad Complutense de Madrid. c Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (CIBERNED). Madrid, España.

Correspondencia: Dr. Julián Benito León. Avda.

Constitución 73, portal 3, 7.º izq. E-28821 Coslada (Madrid).


Aceptado: 02.01.13.

Cómo citar este artículo: Labiano-Fontcuberta A, Benito- León J. Temblor esencial y enfermedad de Parkinson: ¿existe una asociación? [réplica]. Rev Neurol 2013; 56: 351-2.

© 2013 Revista de Neurología

Agradecemos la carta enviada por Golimstok et al, que enfatiza los aspectos más controvertidos de la posible asociación entre temblor esencial y enfermedad de Parkinson (EP). Independientemente del discutible grado de asociación de ambas entidades, de lo expuesto en nuestro artículo de revisión resulta claro que numerosos datos apoyan que el temblor esencial presenta un espectro clínico heterogéneo asociado [1,2]. Aunque el temblor es el dato definitorio del temblor esencial, en los últimos años se ha
constatado un espectro clínico heterogéneo asociado al temblor, constituido por manifestaciones motoras (imposibilidad de realizar marcha en tándem, disdiadococinesia o ataxia), alteraciones oculomotoras, cognitivas.





MAMEN

Relacionan el citalopram y el escitalopram con las arritmias cardiacas




Relacionan el citalopram y el escitalopram con las arritmias cardiacas


13/03/2013



Ciertos antidepresivos, como el citalopram y el escitalopram, podrían comportar un riesgo ligeramente más elevado de desarrollar una arritmia cardiaca. Los fármacos, pertenecientes a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), podrían extender la duración de la actividad eléctrica en el corazón (intervalo QT). Un intervalo QT largo constituye un indicador de arritmia cardiaca.

Los investigadores recogieron datos de 38.397 adultos que se sometieron a un electrocardiograma tras tomar antidepresivos o metadona entre 1990 y 2011. Hallaron que los pacientes que tomaban citalopram, escitalopram, amitriptilina y metadona mostraban un intervalo QT ligero pero significativamente prolongado. Ese efecto crecía junto con la dosis. Casi uno de cada cinco pacientes que tomaban estos fármacos tenía unos intervalos QT más largos. Los investigadores tomaron en cuenta otros factores de riesgo, como la edad, la raza, el sexo, los antecedentes de depresión, el ataque cardiaco, la hipertensión, los problemas con el ritmo cardiaco y las afecciones preexistentes. Incluyeron la metadona porque se sabe que también provoca un intervalo QT más largo.



MAMEN

Agreal/Veraliprida en España: luchadora ha recibido correo electrónico ....







Traducción por internet:


Nefasta información en España producto Veralipride.

No bueno documento técnico.
Lamentable suceso salud mujeres de España.
Este médico Lituano, con mujeres españolas.

Hiperprolactinemia / galactorrea.
hiperprolactinemia y tumores hipofisarios o hipotalámicos.

Estos tumores pueden no relacionados con el antagonismo prolongado de la dopamina D2 y la hiperprolactinemia.

En cuanto a los eventos adversos relacionados con otros m con el bloqueo del receptor de la dopamina, especialmente hiperprolactinemia es una preocupación.

ANAEM, granulocitopenia, neutropenia, trombocitopenia
Hyperprolactaemia, inapropiado antidiurética metabolismo y la secreción de hormona Nutrición anorexia, disminución del apetito, cetoacidosis diabética, trastornos polidipsia.

Ademas, el paciente debe-la presencia de hipotiroidismo, insuficiencia suprarrenal, hiperprolactinemia y tumores hipofisarios o hipotalámicos, instaurando el tratamiento específico apropiado.

En particular, el paciente debe-la presencia de hipotiroidismo, insuficiencia suprarrenal, hiperprolactinemia y tumores hipofisarios o hipotalámicos, instaurando el tratamiento específico apropiado.

Hipertonía Coordinación anormal Disfonía hemiplejía Hypotonie agrava la migraña neuralgia del estupor grasa trastorno.

Hiperprolactinemia enantema Gastro Intestinal trastorno-Sequedad de boca saliva aumento de colitis.

Potencialmente irreversibles discinesia Tardía, así como principios de los síntomas extrapiramidales, depresión, ansiedad y reacciones de abstinencia han sido reportados con el tratamiento Veralipride, en virtud de estos riesgos, junto con el riesgo de hiperprolactinemia, y el efecto de clase en el riesgo-Prolongación de QT es de una preocupación.

-Recomendaciones de la lactancia seguimiento médico y el horario intermitente (20 días, seguido de un período de 10 días de no-tratamiento) para reducir el riesgo de hiperprolactinemia.

W.P. R.

...............

Thank you.

WOMEN SPANISH VERALIPRIDE/AGREAL



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MUCHAS GRACIAS.

MUJERES ESPAÑOLAS VERALIPRIDA/AGREAL.

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POCOS, POQUISIMOS MÉDICOS ESPAÑOLES, SE PRONUNCIAN COMO ESTE DOCTOR
Y ESO QUE EN LOS JUZGADOS, LES ACUSAN A USTEDES DE LO SUCEDIDO CON EL AGREAL EN ESPAÑA, TANTO MINISTERIO DE SANIDAD Y POLITICA SOCIAL COMO LOS LABORATORIOS SANOFI AVENTIS.
PERO NOSOTRAS LAS LUCHADORAS "NO LES ACUSAMOS A USTEDES DOCTORES", DISPONÍAN DE LA MISMA INFORMACIÓN QUE NOSOTRAS "EL PROSPECTO" QUE NO INDICABA NADA.

A ALGÚN MÉDICO ESPAÑOL ¿SE LE HA INTERPUESTO ALGUNA DENUNCIA POR EL AGREAL?.

HASTA DONDE SABEMOS EN ESTA ASOCIACIÓN Y SABEMOS MUCHO, QUE AÚN NO HEMOS "DESTAPADO" SOBRE EL AGREAL EN ESPAÑA. NO HA EXISTIDO NINGUNA DEMANDA JUDICIAL HACIA USTEDES DOCTORES Y PORQUE "NO SON CULPABLES DE NADA".

martes, 19 de marzo de 2013

LABORATORIOS SANOFI AVENTIS ESPAÑA Y SU MEDICAMENTO: AGREAL/VERALIPRIDA



























LABORATORIOS SANOFI AVENTIS / MINISTERIO DE SANIDAD ESPAÑOL : COMPRUEBEN COMO HAN MENTIDO, TANTO EL EX DIRECTOR GENERAL DE SANOFI AVENTIS ESPAÑA " SOBRE EL MEDICAMENTO: AGREAL/VERALIPRIDA. LEAN LO QUE EL SOBRE EL AGREAL, INDICAN: José Félix Martí Massó, Javier Ruiz-Martínez, Alberto Bergarechey . Servicio de Neurología, Hospital de Donosti,SanSebastián, Guipúzcoa -- AÑO 2011. AUNQUE EL DR. MARTÍ MASSÓ YA DESDE 1995 " ADVERTÍA DE LOS EFECTOS ADVERSOS DEL AGREAL" Y NADIE EN ESPAÑA, TOMÓ CARTAS EN EL ASUNTO SOBRE ESTE MEDICAMENTO.

LABORATORIOS SANOFI AVENTIS / MINISTERIO DE SANIDAD ESPAÑOL :

COMPRUEBEN COMO HAN MENTIDO. 

EL EX DIRECTOR GENERAL DE SANOFI AVENTIS ESPAÑA " SOBRE EL MEDICAMENTO: AGREAL/VERALIPRIDA".





LEAN LO QUE EL SOBRE EL AGREAL, INDICAN:

 José Félix Martí Massó, Javier Ruiz-Martínez, Alberto Bergarechey . Servicio de Neurología, Hospital de Donosti, San Sebastián, Guipúzcoa -- AÑO 2011.

Los ginecólogos españoles han utilizado veralipride desconociendo la capacidad que el fármaco posee de inducir depresión, parkinsonismo y distonıías permanentes. Aunque en realidad estos efectos secundarios podían temerse en una molécula con estas características, estas advertencias no estaban reflejadas en la ficha técnica del producto. Estos efectos secundarios tardaron en ser publicados y conocidos, hasta inducir la retirada del producto 8,9 .
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8. Masmoudi K, Gras-Champel V, Lemaire-Hurtel AS, Masson H, MunierA, Geslin JM, Andréjak
M.Troubles extrapyramidauxsous veralipride (Agréal), traitement symptomatique desbouffé es dechaleur: á propos de17cas. RevMed Interne. 2005;26:453–7.

9. Marinas A, Gutiérrez-Gutiérrez G , Martí-Massó JF. Sofocos postmenopáusicos y parkinsonismo. RevNeurol.2004;39:896–7.

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INDICAMOS NOSOTRAS LAS LUCHADORAS:

SEGÚN EL "MINISTERIO DE SANIDAD Y LABORATORIOS SANOFI AVENTIS" TANTO ANTE LA EMEA., COMO EN LOS JUICIOS: 

HAN RECONOCIDO QUE: "NUNCA TUVO FICHA TÉCNICA".


POR TANTO ESTE ESTUDIO

 " QUERRÁ DECIR: EL PROSPECTO, ÚNICO DOCUMENTO OFICIAL DEL MEDICAMENTO: AGREAL" 




AUNQUE EL DR. MARTÍ MASSÓ YA DESDE 1995 Y OTROS ESTUDIOS DESDE ANTES DE 1983.

 " ADVERTÍA DE LOS EFECTOS ADVERSOS DEL AGREAL"

Y NADIE EN ESPAÑA, TOMÓ CARTAS EN EL ASUNTO SOBRE ESTE MEDICAMENTO.


ASOCIACIÓN "AGREA-L-UCHADORAS DE ESPAÑA" -- N.I.F.: G-65111056

ASOCIACIÓN "AGREA-L-UCHADORAS DE ESPAÑA" -- N.I.F.: G-65111056
Teléfonos: 630232050 - NUESTRA DIRECTIVA: PRESIDENTA: FRANCISCA GIL QUINTANA--VICEPRESIDENTA: ROSARIO CARMONA JIMENEZ

agrealluchadoras@gmail.com PRESIDENTA-618311204-SECRETARIA: 630232050- VICEPRESIDENTA:636460515