El Servicio Murciano de Salud está sometiendo a revisiones periódicas a 23 pacientes a los que se implantó una prótesis de cadera que la Agencia Española del Medicamento retiró en septiembre de 2010 tras comprobar una «posible cesión de restos metálicos de la aleación cromo-cobalto a los tejidos circundantes». Los pacientes son sometidos a un TAC «para comprobar si se ha desarrollado alguna masa tumoral alrededor de la prótesis», explica Roque Martínez, subdirector de Asistencia Especializada. También se les hacen análisis de sangre para detectar la presencia de cromo y cobalto en sangre. Hasta ahora, todos las revisiones han dado resultados negativos.
Las prótesis de cadera Depuy ASR se implantaron desde el año 2003 a 2010 en 70 hospitales españoles, según los datos ofrecidos por la firma Aguirre Abogados, que representa a un grupo de afectados. Este despacho ha encargado un estudio para comprobar la toxicidad de las prótesis a la Escuela de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la Complutense de Madrid. Todavía no se ha llegado a ninguna conclusión ni se ha estudiado a los pacientes afectados, pero esta escuela recuerda que la exposición a una fuente fija de cobalto en animales ha permitido determinar «alteraciones tóxicas» en el hígado, riñones, glándulas suprarrenales y bazo. Se desconoce, sin embargo, cuál es el «rango mínimo que produce efectos tóxicos en humanos». Mientras, la toxicidad por cromo puede provocar convulsiones, daño del hígado y riñón e incluso la muerte, explican los expertos. No está demostrado que estos efectos se hayan producido en alguno de los pacientes a los que se implantó la prótesis, y la Escuela de Medicina Legal se limita a recordar los efectos de estos contaminantes en pruebas realizadas en animales. En todo caso, la firma de abogados que representa a algunos de los afectados recuerda que los daños comprobados en esos modelos animales «son muy superiores a los contemplados en la alerta del Ministerio de Sanidad, que retiró las prótesis del mercado».
Los abogados denuncian que la alerta pública en España se dio en octubre de 2010, «casi un año después» de haberse prohibido estas prótesis en Australia. Además, denuncian que no se haya encargado un estudio sobre las consecuencias de estos implantes en los pacientes. En todo caso, los pacientes sí son revisados periódicamente a raíz de la alerta de la Agencia del Medicamento. En la Región, se implantaron 26 prótesis, pero 3 de ellas fueron retiradas al poco tiempo «por infecciones y complicaciones habituales» en este tipo de pacientes, explica Sanidad. «No hay relación entre esos problemas y los riesgos asociados a ese modelo por la aleación de cromo y cobalto», explica Roque Martínez, subdirector de Asistencia Especializada. A los 23 pacientes restantes no ha sido necesario retirarles la prótesis «porque no se ha detectado ningún problema», señala Martínez.
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