La FDA ha alertado del riesgo de cetoacidosis en pacientes con diabetes de tipo 2 tratados con inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT-2) o gliflozinas, como canagliflozina, dapagliflozina y empagliflozina (FDA, 15 de mayo de 2015).
Las gliflozinas reducen la reabsorción de glucosa en el riñón y aumenta su eliminación urinaria, disminuyendo así la glucemia. Sus principales efectos adversos descritos son las infecciones genitourinarias, la hipotensión y otros efectos relacionados con la depleción de volumen, y el aumento de la creatinina sérica. No se conoce su toxicidad a largo plazo (Butll Farmacovigilància Catalunya 2014;12:17-19).
La FDA ha informado que desde marzo de 2013 a junio de 2014 se notificaron 20 casos de cetoacidosis diabética, cetoacidosis o cetosis en pacientes tratados con inhibidores del SGLT-2. Los síntomas se iniciaron a las 2 semanas después de iniciar el tratamiento y todos los pacientes requirieron ingreso en el hospital. Se recomienda que comprobar la acidosis en pacientes tratados con estos fármacos que presenten síntomas como disnea, náusea, vómitos, dolor abdominal y fatiga. Si se confirma la acidosis, hay que retirar el fármaco, corregir la acidosis, y vigilar la glucemia.
En un ensayo con tofogliflozina, los principales efectos adversos descritos fueron la hipercetonemia, la cetonuria y la polaquiuria. La hipercetonemia y la polaquiuria dependían de la dosis de tofogliflozina (Cardiovasc Diabetol 2014;13:65). Aunque la detección de un aumento de los cuerpos cetónicos en sangre era frecuente, no se asoció a síntomas clínicos. Se ha sugerido que este aumento de los niveles de cetona podría ser debido a un aumento de la lipólisis y la movilización de lípidos y de ácidos grasos libres para compensar la pérdida de glucosa en orina.
Las gliflozinas reducen la reabsorción de glucosa en el riñón y aumenta su eliminación urinaria, disminuyendo así la glucemia. Sus principales efectos adversos descritos son las infecciones genitourinarias, la hipotensión y otros efectos relacionados con la depleción de volumen, y el aumento de la creatinina sérica. No se conoce su toxicidad a largo plazo (Butll Farmacovigilància Catalunya 2014;12:17-19).
La FDA ha informado que desde marzo de 2013 a junio de 2014 se notificaron 20 casos de cetoacidosis diabética, cetoacidosis o cetosis en pacientes tratados con inhibidores del SGLT-2. Los síntomas se iniciaron a las 2 semanas después de iniciar el tratamiento y todos los pacientes requirieron ingreso en el hospital. Se recomienda que comprobar la acidosis en pacientes tratados con estos fármacos que presenten síntomas como disnea, náusea, vómitos, dolor abdominal y fatiga. Si se confirma la acidosis, hay que retirar el fármaco, corregir la acidosis, y vigilar la glucemia.
En un ensayo con tofogliflozina, los principales efectos adversos descritos fueron la hipercetonemia, la cetonuria y la polaquiuria. La hipercetonemia y la polaquiuria dependían de la dosis de tofogliflozina (Cardiovasc Diabetol 2014;13:65). Aunque la detección de un aumento de los cuerpos cetónicos en sangre era frecuente, no se asoció a síntomas clínicos. Se ha sugerido que este aumento de los niveles de cetona podría ser debido a un aumento de la lipólisis y la movilización de lípidos y de ácidos grasos libres para compensar la pérdida de glucosa en orina.
http://w3.icf.uab.es/notibg/index.php/item/1540
No hay comentarios:
Publicar un comentario