Madrid, 14 mar (EFE).-
Implicar a los profesionales sanitarios en la seguridad vial -aconsejando a los padres sobre el uso de los Sistemas de Retención Infantil (SRI) o asegurándose de que sus pacientes más mayores conservan las facultades necesarias para conducir- es uno de los objetivos de Tráfico para los próximos años.
Ésta es una de las líneas de trabajo incluidas en el Plan Estratégico de Seguridad Vial 2010-2020 que prepara la Dirección General de Tráfico (DGT) y que ahora está evaluando su Comité de Dirección, del que forman parte los directores generales de Ministerios como el de Sanidad, Justicia o Trabajo, además del de Interior.
Ese Comité será el que dé el visto bueno definitivo a las numerosas medidas que se están debatiendo y con las que se pretende seguir reduciendo el número de muertos y heridos graves en nuestras carreteras, han explicado a Efe fuentes de la DGT.
El plan, que se prevé que esté concluido en verano, trabaja sobre catorce colectivos y temas clave: mayores, niños, jóvenes, ciclistas, motoristas, peatones, víctimas, furgonetas, el alcohol y otras drogas, la velocidad, las zonas urbanas, las carreteras convencionales, los accidentes viales laborales y el transporte profesional.
CONDUCTORES CADA VEZ MÁS MAYORES
En relación a los conductores de más edad, los objetivos son que mantengan su autonomía en la carretera de forma segura y reducir el número de peatones fallecidos mayores de 65 años.
Para ello, según las fuentes consultadas, la familia y el médico son claves porque saben qué medicamentos toman y qué limitaciones tienen, de modo que pueden percibir mejor que nadie si en algún momento pierden las facultades necesarias para conducir.
Para ello, según las fuentes consultadas, la familia y el médico son claves porque saben qué medicamentos toman y qué limitaciones tienen, de modo que pueden percibir mejor que nadie si en algún momento pierden las facultades necesarias para conducir.
De ahí que una de las líneas de trabajo del plan abogue por que exista una comunicación entre Tráfico y los médicos con el fin de detectar de forma rápida los casos de riesgo, cuestión que, no obstante, precisaría de una reforma normativa.
Más del diez por ciento del censo de conductores -el total ronda los 25 millones y medio- tiene más de 65 años, pero ese porcentaje aumentará considerablemente en un futuro no muy lejano, teniendo en cuenta el proceso de envejecimiento de la población española.
En 2008 había casi millón y medio de conductores de entre 60 y 64 años; algo más de 1.700.000 en la franja de edad de 55 a 59 años; casi 2.200.000 de 50 a 54 años; más de 2.600.000 de 45 a 49 años y cerca de tres millones de 40 a 44 años.
La siniestralidad del colectivo no es muy alta, pero lo que les preocupa a los responsables de Tráfico es que tiende a crecer.
En el balance de fallecidos de hace dos años había 551 personas de más de 64 años: 217 conductores, 117 pasajeros y 217 peatones, cifra esta última que evidencia el riesgo que tienen las personas mayores de morir atropellados cuando pasean por las ciudades y sus alrededores, de ahí la necesidad de crear espacios públicos seguros y zonas de "calma de tráfico" donde se limite la velocidad.
SEGUROS DESDE EL PRIMER VIAJE
Cada año, medio centenar de niños menores de 14 años mueren en las carreteras, aunque el número de heridos graves y leves supera los dos mil.
Uno de los objetivos del Plan Estratégico es el de "cero niños fallecidos" sin SRI, y con esta finalidad se están analizando algunas medidas que incluirían de nuevo la colaboración del sector sanitario y, en concreto, a los hospitales de maternidad.
Los médicos, enfermeras o comadronas podrían dirigirse a los padres para transmitirles la importancia de estos sistemas de retención, e incluso se estudia que el hospital se comprometa a que un recién nacido no abandone el centro si el vehículo en el que va a hacer su primer viaje no lleva la "sillita" adecuada.
Pero, además, para facilitar el uso de estos sistemas de protección, Tráfico está analizando experiencias de otros países europeos y de comunidades autónomas como la de Castilla y León, donde se incentivan sistemas de alquiler, cesión e incluso de reciclaje.
Otro proyecto relacionado con los más pequeños es el de crear caminos escolares seguros: promover que los escolares vayan andando al colegio por rutas en las que los servicios técnicos del Ayuntamiento correspondiente y el centro de enseñanza hayan evaluado los riesgos y establecido medidas de seguridad.
MÁS FORMACIÓN PARA LOS JÓVENES
La siniestralidad entre los jóvenes ha bajado en los últimos años y lo ha hecho de forma más significativa que en otras franjas de edad, pero aún así continúa siendo el grupo que registra mayor accidentalidad.
Los jóvenes de entre 15 y 24 años representan el once por ciento de la población española y el diez por ciento del censo de conductores, pero suponen el 18 por ciento de los fallecidos y el 22 de los heridos graves.
Para reducir el número de muertes entre los jóvenes, el nuevo plan de seguridad vial proyecta mejorar la formación del conductor novel con la llamada conducción acompañada, que le permitiría ponerse al volante a los 17 años bajo la tutela, eso sí, de un conductor experimentado; una medida que afecta a dos sectores, el de las autoescuelas y las aseguradoras.
EL CASCO, TAMBIÉN EN LA "BICI"
Otro de los colectivos en los que la DGT centrará su atención en los próximos años es el de los ciclistas, atendiendo al uso cada vez más extendido de la "bici" como medio de transporte.
Uno de los proyectos para reducir el número de víctimas entre los ciclistas, que ya está incluido en el Plan Estratégico, es el de establecer la obligatoriedad del uso del casco para los menores de 14 años.
Otra de las bazas será la diseñar la infraestructura adecuada para los ciclistas en las zonas urbanas y las carreteras convencionales.
SIEMPRE SIN ALCOHOL
Tráfico observa con atención algunos proyectos piloto que se desarrollan en hospitales de Barcelona y Madrid y que implican la colaboración de los médicos de urgencias, que aconsejan a los heridos en accidentes de tráfico a los que se detecta alcohol u otras sustancias que no las consuman cuando vayan a conducir.
Los encargados del contenido del plan valoran estas experiencias, avaladas por sus buenos resultados, y se plantean extenderlas a toda España.
Pero si existe dependencia, el consejo médico no es suficiente y por ello se proponen otras alternativas, como el alcolock, un dispositivo que impide arrancar el motor del coche si el conductor ha superado la tasa de alcoholemia permitida.
En cualquier caso, el objetivo principal en relación a los conductores alcohólicos es conseguir su rehabilitación, y para ello se están estudiando medidas como que se considere pena alternativa el ingreso en programas de desintoxicación. EFE
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EN LA REVISTA "JUECES PARA LA DEMOCRACIA" AÑO 1985 "NO FIGURABA TAMPOCO EL AGREAL/VERALIPRIDA, NUNCA FIGURÓ NI PARA LA DGT., EXPUESTO YA AQUI DE UN ESTUDIO:
COMO UN "NEUROLEPTICO/ANTIPSICÓTICO".
POR EL "ASUNTO AGREAL/VERALIPRIDA EN ESPAÑA" EXISTE "UN ANTES Y UN DESPUES" DESAFORTUNADAMENTE PARA TODAS NOSOTRAS "LAS LUCHADORAS QUE TOMAMOS AGREAL/VERALIPRIDA".
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