
Portugal ha anunciado que dos jóvenes embarazadas han abortado días después de recibir la vacuna contra el nuevo virus. Conceicao Telhado, director del Servicio de Ginecología y Obstetricia del hospital privado CUF Descobertas donde se detectó el segundo aborto, ha comunicado que no se puede establecer conexión alguna entre la vacuna de la gripe A y la muerte del feto. Alega que puede ser una casualidad pura y simple. O no. Las informaciones contradictorias, las prisas sospechosas, las voces de alerta del personal sanitario en contra de la vacuna, las advertencias de posibles efectos secundarios todavía sin demostrar… La sociedad nada en un mar de dudas y, ahora, tienen que elegir las embarazadas: ¿Deben o no deben vacunarse?
El Ministerio de Sanidad que dirige Trinidad Jiménez está rematando las 400.000 vacunas dirigidas única y exclusivamente para embarazadas y que la Agencia Española del Medicamento ya dio por aprobadas este mismo lunes. Panenza es el nombre de la vacuna que recibirán, unas dosis que han seguido los mismos criterios técnicos de calidad, eficacia y seguridad con los que las agencias de medicamentos emiten la autorización nacional de cualquier medicamento y con los que se han evaluado las vacunas para la gripe A. Ofrecen más garantías de seguridad porque se han fabricado sin adyuvante: se ha eliminado un compuesto que contiene mercurio para evitar la contaminación por bacterias u hongos. El Comité ha considerado que es una medida prudente para reducir la exposición al mercurio de los lactantes y los niños tanto como sea posible. Según Juan José Badiola, experto en gripes de transmisión animal, es de fiar y aconseja a todas las futuras mamás que se vacunen. “Todos los medicamentos tienen sus efectos secundarios. Y esas consecuencias adversas afecta de una manera a unos y de otra a los demás. Las primeras reacciones a la vacuna han sido vómitos y mareos. Poco más. Claro que pueden surgir casos extremos, como estos dos abortos, pero podría darse un caso entre un millón”, comenta Badiola.
Badiola habla de casos extremos como el de este fin de semana, cuando España se despertó boquiabierta con el anuncio de que dos niñas con gripe A habían muerto en Barcelona sin ninguna patología previa de base. La gripe A, otra vez, volvía a sorprender. A Badiola la gravedad del asunto no le suena a nuevo. De hecho, confirma que otras veces ya ha sucedido:
“El perfil es una persona joven, con un sistema inmunológico potente y que manifiesta un exceso de reacción. El desenlace final es una neumonía única bilateral que no responde a los tratamientos convencionales y fallece”.
Por eso no se sabe ni qué rumbo tomará la gripe ni si mutará de tal manera que se burlará de la vacuna y conseguirá convertirse en otra cepa. Entonces todos los esfuerzos nacionales quedarían obsoletos. No servirían para nada los 37 millones de dosis de vacunas que el ministerio ha comprado. Se volvería a empezar de cero la dura, larga y misteriosa batalla contra el virus de la gripe A.
Una España dividida por las vacunas
El punto de discordia ahora es si es mejor vacunarse o no contra el virus gripe A. En un lado se agolpan las autoridades oficiales, encabezadas por el Ministerio de Sanidad, que no se cansa de animar a la población de riesgo a una vacunación masiva. En el otro bando están los propios médicos que ayer censuraron las medidas “exageradas” del Ministerio. Entre ellas, el derroche de vacunas, tanto con la estacional como con el nuevo virus. La Organización Médica Colegial (OMC) reprochó al departamento de Trinidad Jiménez tres medidas “innecesarias” porque “nada o poco tienen que ver con la realidad de la situación”.
La primera, la decisión de inmunizar a la población con la vacuna que tradicionalmente se usaba todos los años para la gripe estacional cuando, ante la aparición del nuevo virus, “sólo representa el 4% de los diagnósticos”. Considera absurdo también que Sanidad haya adquirido 37 millones de dosis, bajo la previsión de vacunar al 60% de la población, pese a que finalmente sólo se utilizarán. La tercera cuestión que ponen en tela de juicio ese situar a los antivirales en las farmacias, al alcance de todo aquel ciudadano que los quiera adquirir.
La doctora Mónica Lalanda, médico de urgencias, se ha cuestionado las garantías de seguridad de una vacuna de la que hay abiertos 310 ensayos y, de ellos, sólo dos concluidos. También se pregunta por qué tanta insistencia porque se vacunen los médicos, cuando sólo el 35% lo hacen frente a la estacional cada año y únicamente entre “un 5 y un 10% se contagian debido al efecto supergaleno”. Juan Gervas, médico clínico y profesor de Atención Primaria en la Escuela Nacional de Sanidad y de Salud Pública de la Universidad Autónoma, ha aseverado que “esta vacuna no es ya segura o insegura, sino absolutamente innecesaria”.
El punto de discordia ahora es si es mejor vacunarse o no contra el virus gripe A. En un lado se agolpan las autoridades oficiales, encabezadas por el Ministerio de Sanidad, que no se cansa de animar a la población de riesgo a una vacunación masiva. En el otro bando están los propios médicos que ayer censuraron las medidas “exageradas” del Ministerio. Entre ellas, el derroche de vacunas, tanto con la estacional como con el nuevo virus. La Organización Médica Colegial (OMC) reprochó al departamento de Trinidad Jiménez tres medidas “innecesarias” porque “nada o poco tienen que ver con la realidad de la situación”.
La primera, la decisión de inmunizar a la población con la vacuna que tradicionalmente se usaba todos los años para la gripe estacional cuando, ante la aparición del nuevo virus, “sólo representa el 4% de los diagnósticos”. Considera absurdo también que Sanidad haya adquirido 37 millones de dosis, bajo la previsión de vacunar al 60% de la población, pese a que finalmente sólo se utilizarán. La tercera cuestión que ponen en tela de juicio ese situar a los antivirales en las farmacias, al alcance de todo aquel ciudadano que los quiera adquirir.
La doctora Mónica Lalanda, médico de urgencias, se ha cuestionado las garantías de seguridad de una vacuna de la que hay abiertos 310 ensayos y, de ellos, sólo dos concluidos. También se pregunta por qué tanta insistencia porque se vacunen los médicos, cuando sólo el 35% lo hacen frente a la estacional cada año y únicamente entre “un 5 y un 10% se contagian debido al efecto supergaleno”. Juan Gervas, médico clínico y profesor de Atención Primaria en la Escuela Nacional de Sanidad y de Salud Pública de la Universidad Autónoma, ha aseverado que “esta vacuna no es ya segura o insegura, sino absolutamente innecesaria”.
Como ejemplo cita a Australia, un país donde se ha pasado la gripe A con menos muertos que ningún año y sin ninguna vacuna. Además, las personas que han pasado tienen la ventaja de que han quedado inmunizados contra el virus “espontáneamente” para los próximos 50 años. Insiste en que no hay ensayos clínicos que garanticen la eficacia de la vacuna, un tratamiento que ha comparado con un coche sin ruedas: “Pueden tener seguro, pero no valen para nada”. En medio de esta batalla está la sociedad. Quien más difícil lo tiene son los grupos de riesgo, que tiene que decidir ya si quieren o no quieren vacunarse contra el virus de la nueva gripe. Uno de cada dos médicos ya ha dicho que no. Cuando lleguen las dosis de Panenza a los centros de salud, previstas para este lunes, llegará el turno de las embarazadas.
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