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Disease Mongering:
El arte de fabricar enfermedades
por Diego Andresik (*)
(*) Medico especialista en Medicina Interna. UBA.
Resumen
Convencer gente sana de que esta enferma o aquellas que presentan una dolencia leve de que están muy enferma, es parte de las políticas de promoción y ampliación de mercado de la industria farmacéutica. Disease Mongering, que viene a significar algo así como “tráfico o comercio de enfermedades” es la designación anglosajona para referirse a cómo las compañías farmacéuticas promueven las enfermedades.
Esto que no es algo nuevo, se ha ido incrementando en los últimos 20 años, en parte por el poder que ha ido adquiriendo la industria farmacéutica (monopolizando los sistemas de educación e investigación medica) (1), asociado a la falta de limites claros entre salud y enfermedad. Estos dos factores han llevado a que la construcción social y científica de las enfermedades este siendo sustituida por la construcción por parte de las corporaciones (2), trayendo esto aparejado un claro conflicto de intereses.
El conocimiento de esta situación y de los mecanismos utilizados por los “ generadores de enfermedades” es de vital importancia en el ámbito medico como así también en la sociedad, siendo este el primer paso para combatirlo.
Palabras clave
Disease mongering. Industria farmaceutica.
Introducción
Disease mongering, que viene a significar algo así como “tráfico o comercio de enfermedades” es la designación anglosajona para referirse a cómo las compañías farmacéuticas promueven las enfermedades a través de campañas de marketing para“dar a conocer enfermedades”, ya sea por promoción directa al consumidor de los medicamentos o a través del financiamiento de sociedades, de agrupaciones de enfermos y de los medios de comunicación. Como si esto no fuera poco además de promocionar sus medicamentos, también se han dedicado a definir los límites de las enfermedades. Estas enfermedades ficticias son inventadas o producidas, por parte de las grandes compañías farmacéuticas, con el fin de medicalizar la sociedad y consecuentemente ampliar sus propios mercados.
Se trata de la extensión, al campo del mercado de la industria farmacéutica, de algo que ya hace muchos años se desarrolla en el resto de la industria: la creación de nuevas o falsas necesidades, para el consumo de nuevos productos. Este es, en realidad, el nuevo producto: “la fabricación de necesidades”. Se trata de crear mundos ilusorios, no para responder a demandas y necesidades reales y preexistentes , sino para generar demandas y necesidades también ilusorias. Pero uno se pregunta si llevar esto al ámbito de las enfermedades no es una exageración? Un mundo ilusorio de patologías inventadas ?; es lo mismo generara la necesidad de tomar una bebida cola o de utilizar un calzado determinado, que generar la sensación de estar enfermo?, claramente no.
Además, hoy en día la población se ha vuelto mas activa, mejor informada acerca de las enfermedades, riesgos y beneficios, confía menos en la autoridad del medico, y acepta menos las decisiones sobre sus vidas y sus cuerpos Esto ha llevado a erosionar el rol del médico como experto, y la confianza del paciente en él.
Muchos médicos están preocupados porque la salud se asimila cada vez más a un bien de consumo. En ocasiones, los pacientes parecen clientes informados que buscan satisfacer una necesidad de salud creada por la industria farmacéutica.
Tal vez la gran pregunta que nos deberiamos hacer seria si esto es solamente concecuencia de las presiones de la industrias farmaceutica o se debe tambien a cambios en la sociedad actual, un modelo capitalista de consumo,la necesidad por parte de la poblacion de satisfacer inmediatamente sus problemas por vias rapidas y simples, cambios en el concepto de salud enfermedad, ....la impresion es que hay un poco de todo esto en este problema.
El concepto de salud-enfermedad
La OMS, en su definición de salud, establecía que ésta es el estado de perfecto bienestar físico, psíquico y social, y no sólo la ausencia de lesión o enfermedad. En esta definición aparecen dos elementos fundamentales : la integridad física y el bienestar. Sin embargo, lo más llamativo es que está completamente ausente toda referencia al modo de vida de la persona. Considera sólo la ausencia de lesiones y el bienestar, que el paciente se sienta bien. Como complemento casi obligado de la definición de salud de la OMS, aparece en el campo médico la subjetividad de la salud. ¿Quién puede decir si se encuentra bien, a gusto?
El propio paciente. Por lo tanto, el ejercicio de la medicina sólo se puede llevar a cabo preguntando al paciente cómo está y qué es lo que desea, o, dicho de otro modo, qué malestar le ha hecho acudir al médico. Sin embargo, esta pregunta, que está al comienzo de cualquier relación clínica, adopta, dentro de la definición de salud de la OMS, un matiz diferente al que le da el sentido común de los clínicos: hay que preguntar al paciente sobre su bienestar porque ésta es la única vía para poder averiguar lo que no tiene una respuesta objetiva, pues lo que causa agrado a unas personas, no lo causa a otras. La salud, por tanto, es una cuestión puramente subjetiva, por lo menos en lo que al bienestar se refiere(3).
La construcción de una enfermedad en la actualidad.
Por lo hasta aca expuesto, no cabe duda que si bien el peso creciente de la financiacion privada en la investigacion biomedica asociado al marketing son bases fundamentales en la generacion de enfermedades, esto no podria ser llevado a cabo sin la colaboracion de otros factores sociales como son:
Las sociedades desarrolladas, como en la que vivimos, donde la esperanza de vida es cada vez mayor, el deseo de altos niveles de confort(4) y de calidad de vida hace que el individuo termine preocupándose mas por la enfermedad que por la salud en si. Es ahí donde la industria farmacéutica, mediante la promoción del miedo y de una forma de vida ficticia, sin problemas e incomodidades, nos hace creer que si demandamos y utilizamos mas tecnología y medicación tendremos el control de nuestra salud y bienestar. Un asunto crucial es que las enfermedades empiezan a ser definidas por las empresas: "La construcción social y científica de la enfermedad está siendo sustituida por la construcción por parte de las corporaciones"(2).
Factores sociales que favorecen el desarrollo del “ Disease mongering”
• La naturaleza dinamica de la definicion de enfermedad
• El cambio de roles en la relacion medico paciente
• El cambio hacia una sociedad capitalista
La relación medico paciente(5), base fundamental de la medicina, ha ido cambiando con el paso del tiempo, pasando de ser una relación paternalista, a una relación contractual de igualdad. Esto se ve reflejado a diario, donde el paciente( que por lo general no tiene medico de cabecera, o alguien que lo oriente en el proceso de salud-enfermedad), busca reunir estudios y practicas, realizar múltiples consultas a “ especialistas”, y todo esto sobre la base de lo que le parece o lo que vio en “ los medios de comunicación”, buscando siempre por parte del medico explicaciones simplista, priorizando las recetas, estudios y fármacos por sobre el consejo medico, la prevención o los cuidados. Es muy raro que alguien hoy en día quede contento si no sale de la consulta con una receta o un estudio por hacer.
Por su lado los médicos se asemejan cada vez mas a un técnico, que aplica normas especificas a todos por igual, mide y cuantifica grados de enfermedad sin escuchar al paciente. Todo esto asociado al poco tiempo del que dispone, las exigencias de los administradores de salud, la percepción de falta de confianza por parte de los pacientes, resultando esto en la solicitud de estudios complementarios para demostrar diagnósticos o protegerse contra eventuales litigios. Hoy en día es más fácil recetar y fijar una nueva consulta que dar largas explicaciones. No quedan dudas que esta situación es un campo fértil para la acción de la industria farmacéutica, y la generación de nuevos mercados o enfermedades.
La situación mundial de la industria farmacéutica.
Existen hoy en día diferentes situaciones y contextos en el ámbito medico que favorecen la acción de las grandes industrias farmacéuticas:
• Necesidad de información permanente de los profesionales de salud
• Creciente volumen de información científica
• Aporte ilimitado de información de otros ámbitos como Internet
• Medios de comunicación masiva
• Mercado en constante expansión
• Industria farmacéutica como principal fuente de información para los profesionales
Mercado mundial
El consumo de medicamentos en el mundo crece a una tasa sostenida del 7 a 8% anual desde hace varios años y crece con mayor rapidez en los países desarrollados, y se concentra cada vez más en los sectores de mayor poder adquisitivo. Además, se observa un consumo que no se relaciona con necesidades sanitarias sino con las posibilidades económicas. Según la revista Financial Times (2002) la industria farmacéutica está entre las cinco empresas más lucrativas( legales), junto con las finanzas, la tecnología informativa, la industria del software y los seguros. Su potencial se relaciona con una competencia oligopólica basada en la dependencia de los productos, donde 25 empresas controlan cerca del 50% del mercado mundial y su factor de influencia está en la investigación y el desarrollo. Según la revista Fortune la industria farmacéutica es una de las más rentables con un 16% de retorno concentrada en pocas multinacionales, superior al sector financiero que tiene un retorno del 12%. En la industria farmacéutica conviven, no sin dificultad, ciencia y negocios, tanto el beneficio para la comunidad a través de la promoción de la salud como el afán de lucro empresarial.
La industria farmacéutica siempre ha justificado el precio elevado de los medicamentos en función de las inversiones que realiza en investigación y desarrollo. Pero para muchos observadores cada vez se consolidan más como instituciones comerciales que científicas.
En el año 2004 las principales industrias farmacéuticas( Merck, Pfizer, Bristol-Myers Squibb, Eli Lilly, Abbott, Wyeth, Allergan, Pharmacia y Schering-Plough) en promedio destinaron de sus ingresos el 32% en marketing y solo el 14% en investigación. Según la Fundación del Instituto Nacional para la Administración del Servicio de Salud (NIHCM): de los medicamentos aprobados durante década del 90, casi el 60% eran principios activos ya existentes en el mercado o modificaciones de estos. Solo 15% representaban avances
terapéuticos.
Algunos datos escalofriantes: Gastos en Promoción y Marketing
• En EE.UU. hay 102.000 visitadores médicos (para 870.000 médicos).
• Financiación de la educación continuada que los médicos de EE.UU. necesitan para mantener su licencia: la industria gasta 1.900 millones anualmente para organizar conferencias y cursos. En el 2000 la industria patrocinó 314.000 cursos para los médicos.
• Pagos de viajes de médicos a congresos (no se sabe cuanto le cuesta a la industria).
• Pagos a médicos que dirigen ensayos clínicos de fase 4. costo / paciente puede
llegar a 5.000 y 10.000 dólares. El médico recibe entre 2.000 y 3.000 dólares por paciente.
• La industria auspicia investigación y paga a investigadores para escribir artículos en las revistas académicas más importantes y también paga a investigadores por firmar artículos escritos por escritores fantasmas.
Dado que estamos en una sociedad de alto consumo, en el área farmacéutica se ha llegado a hacer lo mismo que en otras áreas: comenzar a ver al individuo como un consumidor y no como paciente.
Mecanismos para la generación de enfermedades
Lynn Payer y otros expertos en el tema han tratado de detectar las pautas que pueden seguir los disease-mongers, y para ello han clasificado algunas de ellas para poder identificarlas (6):
1. Tomar una función normal y dar a entender que hay algo malo con ella, y que debería tratarse.
2. Atribuir el padecimiento de una enfermedad donde necesariamente no la hay.
3. Aumentar los rangos de prevalencia de las enfermedades.
4. Definir una condición de salud como “ausencia de una enfermedad”.
5. Seleccionar el uso de las estadísticas para exagerar los beneficios de un tratamiento.
6. Tomar un síntoma común que puede significar cualquier cosa, y hacerlo sonar como si fuese un síntoma de una enfermedad seria.
7. Promocionar la ansiedad o el miedo que personas sanas se enfermarán en el futuro.
8. Promocionar tratamientos agresivos con medicamentos para síntomas o enfermedades leves.
9. Introducción de nuevos diagnósticos cuestionables, que sean difíciles de distinguir de la vida normal.
10. Promoción de medicamentos como soluciones de primera línea para problemas que antes no eran considerados como problemas médicos.
A continuación trataremos de mostrar algunos de estos mecanismos, con ejemplos muy conocidos.
Un proceso normal se transforma en enfermedad: la calvicie.
La medicación de la calvicie nos muestra como un proceso de la vida cotidiana y normal se transforma en un problema médico. Cuando en Australia fue aprobado el producto de Merck Propecia® (finasteride) para el tratamiento de la calvicie, los periódicos comenzaron a escribir acerca del “trauma psicológico” por la pérdida del cabello. Se publicó un “estudio” que sugería que un tercio de los hombres han experimentado algún grado de pérdida de cabello. Con comentarios de un experto y datos del International Hair Study Institute, que decía que la caída del cabello puede llevar a pánico, dificultades emocionales, incluso problemas en encontrar trabajo. Pero no se indica que el estudio fue financiado por Merck y el experto fue contratado por Edelman, la compañía de relaciones públicas que participó en esta campaña (2). Aún cuando a Merck le prohibieron en Australia la Publicidad Directa al Consumidor (PDC) de Propecia®, ellos optaron por hacer una campaña de toma de conciencia y educación acerca de enfermedades, en donde aparece una persona con calvicie y dice: “Vea a su médico”. Merck señala que ellos no promueven la calvicie como una enfermedad, sino que las personas tienen legítimo derecho a estar informado que hay opciones farmacológicas aprobadas para detener la caída del cabello (2).
Convertir un síntoma banal en una enfermedad: el síndrome de intestino irritable.
El síndrome de intestino irritable ha sido considerado por mucho tiempo un trastorno funcional del tubo digestivo, con sintomatolología muy variable, que por lo general no requiere mas que el reaseguro por parte del medico de la banalidad de esta entidad. Todo esto cambiaria a partir de la campaña de educación montada por GlaxoSmithKline’s(8) en el año 2001-2003, con el fin de establecer en las mentes de los médicos la sensación de gravedad de esta entidad. Todo esto no fue montado por convicciones propias o descubrimiento novedosos, sino como preparación previa al lanzamiento del “alosetron”, la nueva solución a esta grave enfermedad.
Problemas personales subdiagnosticados se transforman en problemas médicos –
Fobia Social
Cuando Roche promocionaba su antidepresivo Aurorix® (moclobemida) en Australia en 1997, su relacionador público emitió un comunicado anunciando que más de 1 millón de australianos tenían un trastorno psiquiátrico subdiagnosticado llamado fobia social. Este se describió como una condición que “destruía el alma”, y citó a un psicólogo clínico que respaldó su tratamiento con antidepresivos. A esa fecha, el gobierno australiano decía que había solo 370.000 personas con las características de esa enfermedad (2). En 1998, un artículo de prensa titulado “Muy tímido para hablar” sugería que había 2 millones de personas con este cuadro en Australia. Los medios parecían participar de este proceso de cambiar el concepto que se ha tenido históricamente de la timidez hacia una enfermedad psiquiátrica. Roche comenzó a difundir esta nueva enfermedad en los medios, en congresos médicos, junto a “líderes de opinión: expertos”.
Estas campañas se llevaron también a Europa y USA comenzando a cambiar la visión que se tenía de las personas tímidas, y transformando esto en un serio cuadro psiquiátrico el cual nunca había sido visto de esa forma (2).
Convertir un factor de riesgo como una enfermedad: la osteoporosis.
Muchas mujeres de mediana edad viven preocupadas por la osteoporosis. Médicos y medios de comunicación les han explicado muy bien la amenaza: los huesos se vuelven frágiles a partir de la menopausia y crece el riesgo de fractura. ¿Qué mujer sensata no haría algo por evitar una temible fractura de cadera? Por suerte, la medicina les ofrece consejos preventivos y fármacos. Pero, según se considere, podemos estar ante un grave problema de salud pública con millones de casos o ante la exageración de un riesgo por intereses económicos y profesionales.
"El clamor mediático, potenciado por el lucrativo mercado del medicamento, anima a las mujeres que inician su menopausia, hacia los 50 años y con un mínimo riesgo de fractura a medio plazo, a realizarse pruebas y a someterse a tratamientos, a menudo injustificados, prolongados y con efectos secundarios inciertos a largo plazo", alerta Pablo Alonso Coello, médico del Centro Cochrane Iberoamericano. . El golpe científico que recibió la terapia hormonal en 2002 significó una seria advertencia sobre los riesgos del uso masivo y prolongado de fármacos para los efectos de la menopausia. Lo que parecía la panacea resultó no serlo. Las hormonas cayeron en desgracia y esto ha dado paso a un boom comercial de los complementos de soja como nuevo remedio universal de la menopausia, junto con un auge de los fármacos para la osteoporosis. Para muchos, sobran razones comerciales y faltan razones científicas en el enfoque de la osteoporosis, uno de los problemas de salud que generan mayor gasto sanitario. Aunque la pérdida de masa ósea y el
riesgo de fractura por osteoporosis aumentan paulatinamente a partir de la menopausia, "el problema real de las fracturas de cadera y vertebrales se concentra en las mujeres de 80 y
70 años, respectivamente. La cuestión es si hay que tratar a cientos de miles de mujeres durante 25 o 30 años para evitar una fractura a los 80 años. Para algunos médicos, resulta
desproporcionado y carece de justificación científica por el desconocimiento actual de la eficacia de los tratamientos preventivos en mujeres menores de 65 años y de los efectos
secundarios de tratamientos tan largos. La prevención universal tiene costes económicos y de salud. Así, para evitar una fractura de cadera en una mujer de 50 a 54 años hay que hacer una densitometría a 7.446 mujeres y tratar a 227 mujeres, mientras que para prevenir esa fractura en el tramo de edad de 70 a 74 años hay que hacer una densitometría a 254 mujeres y tratar a 51.
Actualmente se está produciendo un nuevo giro de tuerca en el tratamiento de la osteoporosis, extendiéndolo a las mujeres con osteopenia(el 42% de las mujers de 50-60 años). Se está pasando de sugerir que podría existir un beneficio a afirmar que es necesario tratarlas, y las mujeres con osteopenia son ahora el objetivo de la especulación del mercado de la salud.
La medicalización de la menopausia y de la osteoporosis ya ha sido denunciada por las principales revistas médicas. "Las compañías farmacéuticas han patrocinado reuniones en las que se definía la osteoporosis, financiado estudios sobre los tratamientos y desarrollado importantes vínculos económicos con destacados investigadores. Han creado y pagado a grupos de pacientes, fundaciones sobre la osteoporosis, campañas de publicidad dirigidas a los médicos (tanto sobre los fármacos como sobre la enfermedad) y lucrativos premios de periodismo sobre la osteoporosis", escribieron en el British Medical Journal (BMJ) Ray Moynihan, Iona Heath y David Henry(2).
Aumentar los rangos de prevalencia para maximizar un problema medico – Historia
del Viagra(9)
No hay duda de que Viagra es un medicamento altamente efectivo en la disfunción eréctil secundaria a diabetes y daño prostático, pero si solo se hubiese trabajado en este nicho hubiese tenido un éxito económico modesto. Para ampliar el mercado Pfizer buscó hacer de Viagra el medicamento de elección para el tratamiento de una población mucho más amplia de hombres y para esto la prevalencia de disfunción eréctil necesitaba ser expandida. Se debía dejar la impresión que la disfunción eréctil le concernía a muchos o al menos a la mayoría de los hombres de más de 40 años. Debía ser el tratamiento para cualquier tipo de disfunción eréctil en cualquiera de sus grados, incluso en fallas aisladas o
transitorias . Así, en el sitio Web oficial de Viagra se destaca “…mas de la mitad de los hombres mayores de 40 años tiene dificultades para lograr o mantener una erección”, sin dar una referencia para soportar estas estadísticas. Una posible fuente de ello fue el estudio del MMAS (Massachussets Male Aging Study) publicado en 1994 en el Journal of Urology. Este es un estudio realizado en hombres entre 40 y 70 años desde 1987 a 1989 en USA. En este estudio se indica que el 52% de los hombres entre 40 y 70 años, sufren de disfunción eréctil de cualquier grado (mínima, moderada y completa). Pero en realidad había dos diferentes grupos en el estudio. El primero y más grande contestó un cuestionario acerca de su
sexualidad con 9 preguntas. El segundo y mucho más pequeño, también contestó el mismo cuestionario más una pregunta adicional para autocalificarse como no impotente, poco impotente, moderadamente impotente o completamente impotente.
Las respuestas de esta pregunta en el segundo grupo fueron aplicadas al primer grupo y se extrapoló el porcentaje. Pero hay diferencias en los dos grupos: el primero era de hombres
randomizados de la ciudad de Boston, y el segundo de un centro clínico universitario de Urología. Además no se hizo la diferencia de edad entre los grupos y se extrapoló el 52% como un grupo total. Según el MMAS un 40% de los hombres de 40 tenían disfunción eréctil, incluyendo un 17% con impotencia mínima, y un 67% de los de 70 eran impotentes.
Análisis de datos del National Health and Social Life Survey de USA (publicados en JAMA 1999) indica que entre los hombres de 50-59 años, el 18% declara tener problemas para mantener o alcanzar una erección. En Holanda el 1% de hombres entre 50-65 años declara inhabilidad total en alcanzar una erección, y en los de 70-78 años el porcentaje era igual al del estudio de MMAS. De 13 estudios de prevalencia de disfunción eréctil hasta 1998, el estudio MMAS fue el de mayores resultados para la disfunción eréctil, por lo que la frase de Pfizer no refleja la real variedad de prevalencia de los distintos estudios.
Medicalización del sexo femenino: otro ejemplo de Disease mongering.
Aunque el objetivo principal de la industria es la población en su conjunto, la promoción de enfermedades en la mujer ha tenido y tiene una visión diferente. A finales del siglo XIX y
principios del XX, para la ciencia medica, el estado natural de las mujeres era el de estar enfermas. Las mujeres eran victimas permanentes de la periodicidad, ya que si la menstruación era una seria amenaza, también lo era la desaparición de la misma. De la misma forma la conexión entre los sistemas nerviosos y reproductivos, establecía que las mujeres eran más vulnerables a la locura por inestabilidad del sistema reproductivo. Ha pasado mucho tiempo, pero en el fondo las cosas no han cambiado demasiado, ya que la medicina y ahora la industria farmacéutica continua convirtiendo todo lo relacionado con el cuerpo y la vida de las mujeres en algo patológico. Todo esto asociado a que las mujeres han alcanzado un estado de igualdad, ya sea a nivel laboral como social, trayendo esto aparejado un aumento en su poder adquisitivo, factor primordial para la industria farmacéutica(10). Por lo antes relatado no es extraño que la industria dirija gran parte de sus recursos a la “promoción de enfermedades femeninas”, siendo dos claros ejemplos: de la terapia de reemplazo hormonal a la píldora para abolir la menstruación, y de la negación de la sexualidad a la disfunción sexual femenina(11).
Conclusiones
El Trafico de Enfermedades (Disease mongering) es visto con ojos cada vez más suspicaces, y esta tendencia ha llevado a plantear acciones para evitarlo. Las compañías farmacéuticas están activamente involucradas e interesadas en patrocinar las definiciones de las enfermedades y promoverlas dentro de la comunidad científica, tanto a quien prescribe como a los consumidores. Esto ha llevado al gran problema, que la construcción social de las enfermedades está siendo reemplazada por la “construcción corporativa” de las enfermedades, las cuales transmiten un conflicto de intereses. Si asociamos esto a la situación social que prevalece en la mayoría de los países como el nuestro, donde la mayor parte de la sociedad no tiene acceso a un sistema de salud adecuado, y donde una gran porción de esta gente ni siquiera cumple con las necesidades básicas de salud, nos enfrentamos a un problema realmente grave: la industria crea por un lado la necesidad ( ficticia, pero percibida como real ), la cual la gran mayoría de la sociedad no podrá
satisfacer, creando una sensación de falta de protección o discriminación de este sector de la población.
Por otro lado hay que tener en cuenta que los recursos utilizados( o mal utilizados) por los
gobiernos y sistemas de salud, para satisfacer estas “necesidades”, no son utilizados para
prevenir y tratar problemas de salud realmente importantes. Ante esta situación los sistemas
de salud estatales o privados, sociedades medicas, los médicos(12) y sobre todo los gobiernos(13) deberán empezar a tomar medidas más drásticas de control y regulación, para no seguir siendo parte de esta asociación o negocio que dista mucho de lo moral y/o legal.
Bibliografía
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2. Moynihan Ray, Heath Iona, Henry David “Selling sickness: The pharmaceutical industry and disease-mongering”. British Medical Journal 324, Abril 2002, pag 886-891
3. Antonio Pardo ¿Qué es la salud? Departamento de Humanidades Biomédicas, Universidad de Navarra,Revista de Medicina de la Universidad de Navarra, 1997;41(2):4-9.
4. Jack A. Too close for comfort? BMJ 2006; 333: 13.
5. Héctor A. Figini. Análisis critico de la medicina actual, www.sama.org.ar/
6. Payer, Lynn “Disease-Mongers: How Doctors, Drug Companies, and Insurers are Making You Feel Sick” Wiley, USA, 1994.
7. James W. Dear & David J. Webb” Disease mongering – a challenge for everyone involved in healthcare, Br J Clin Pharmacol 64:2 122–124 122,2007.
8. Dyer O. GSK breached marketing code. BMJ 2006; 333: 368.
9. Lexchin J. Bigger and better: how Pfizer redefined erectile dysfunction. PLoS Med 2006; 3: e132.
10. Maria Urraza, Promoviendo la enfermedad: Medicalizacion de la vida de las mujeres.Red CAPS de mujeres sanitarias. Asturias. N 72( 52), 9-2007.
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12. Kumar CJ, Deoker A, Kumar A, Kumar A, Hegde BM. Awareness and attitudes about disease mongering among medical and pharmaceutical students. PLoS Med 2006; 3: e21.
13. Mintzes B. Disease mongering in drug promotion: do governments have a regulatory role? PLoS Med 2006; 3: e198.
14. Moynihan R, Henry D. The fight against disease mongering: generating knowledge for action. PLoS Med 2006; 3: e191.
15. Woloshin S, Schwartz LM. Giving legs to restless legs: a case study of how the media helps make people sick. PLoS Med 2006; 3: e1
16. Funding patient groups. Lancet 2006; 368: 2
http://www.fmv-uba.org.ar/antropologia/VolV_N2_2009/andresik.pdf
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1983-2005 EN ESPAÑA, LABORATORIOS:
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