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lunes, 8 de junio de 2009

LUCHADORA NOS ENVÍA ESTA NOTICIA SOBRE EL MERCURIO EN VACUNAS

NIÑOS / DEBATE CIENTÍFICO
Culpable: vacunas con mercurio...
...ES LO QUE DICEN Isabel, y Mercedes, y Ana. Y decenas de madres cuyos hijos pequeños son autistas pese a que inicialmente eran, según ellas, normales. Varios estudios relacionan la presencia de mercurio en algunas vacunas con estas anomalías. Y pediatras de prestigio se lo toman en serio
PACO REGO / SANTI COGOLLUDOEl álbum que enseña Mercedes parece sacado de un cuento para niños.

En cada hoja de cartulina, que ella ha ido adornando con dibujos de flores y casas encantadas, asoma la cara de un bebé de ojos grandes y azules. «Era hermoso, ¿verdad? Llamaba la atención por la calle», murmura la madre. «Y esta otra... Es una de mis preferidas. Tenía poco más de un año y ya sabía decir los números del uno al 10», insiste orgullosa Mercedes al ver de nuevo las estampas de su pequeño Luis correteando por el jardín de la casa paterna. Aquel niño precoz y juguetón, que por su desparpajo se había ganado la simpatía del vecindario de Carabanchel (Madrid), se fue apagando inexplicablemente.

De aquella vida intensa sólo quedan las fotografías, recuerdos de papel que ella y su marido Antonio guardan de los días felices tras la llegada del hijo primogénito y deseado. Porque Luis, fruto de tres intentos de inseminación artificial, nació sano como el que más. Hoy, cuando cumple ya cinco años, vive atrapado en un laberinto que se llama autismo. A veces le cuesta reconocer a su hermano, dos años menor que él, y olvida a ratos muchas de las palabras aprendidas hace tiempo. Desmemoria en él y dolor en unos padres convencidos de que han sido las vacunas (hepatitis B, difteria, tétanos, tosferina..., todas ellas con mercurio en sus componentes) las que cambiaron el destino de su hijo.

La sospecha ha incubado también entre muchos especialistas. El doctor José Francisco Navarro, experto en medicina ortomolecular, es de los que piensa, en contra de las opiniones de otros colegas, que la administración de tiomersal (nombre farmacéutico con el que se conoce el mercurio incluido como conservante en vacunas infantiles) puede causar alteraciones neurológicas severas a edades tempranas.«El problema es real», asegura por experiencia el galeno alicantino.

A él acuden desde recién nacidos hasta adolescentes con secuelas autistas. «La mayoría de ellos tienen unos niveles de mercurio en el organismo muy por encima de los límites tolerables». Lo dice por las pruebas de cabello que envía periódicamente a laboratorios de EEUU (los hospitales españoles no disponen de la tecnología necesaria, excepto el Ejército) para ser analizadas. «Hay niños», concluye, «que superan hasta en 12 veces las tasas establecidas internacionalmente para este tóxico». Y de ahí a los primeros síntomas autistas el trecho es brevísimo. La acumulación del metal pesado en el cuerpo (hasta 22 dosis de vacunas llegan a recibir niños que no han cumplido los 16 años) puede llegar a afectar gravemente al sistema nervioso central (problemas locomotores, pérdida de la capacidad de concentración, de las medidas de espacio y tiempo...).

Luis tenía 19 meses y 15 vacunas cuando Mercedes empezó a notar que algo no marchaba bien. «Cuando le daban los ataques, el niño se mordía hasta los travesaños de madera de su cuna. Todavía hoy tenemos que estar muy pendientes de él. Es siempre imprevisible.
De pronto se vuelve extremadamente evasivo, no responde cuando le llamamos por su nombre, se arrastra por el piso, tiene lagunas mentales... Es como si mi hijo viviera permanentemente en un mundo aparte», cuenta Mercedes. Luego aprendería, por boca de algunos médicos y padres de niños con igual problema, que los síntomas autistas de su hijo no son fruto de un virus maligno, como ella pensaba por ignorancia, sino debidos probablemente a las concentraciones de mercurio utilizado en las vacunas que le administraron a Luis.

No es el único. En la Asociación para Vencer el Autismo (AVA), de 200 menores autistas, según su vicepresidenta Ana Medina -madre de un adolescente en tratamiento- más de un centenar están afectados por mercurio. Y ello, dice, porque «no podemos atender todas las peticiones de ayuda social y médica que nos llegan de toda Cataluña y otras comunidades».

En España, de acuerdo con datos del Servicio de Psiquiatría de la Policlínica de Guipúzcoa, se ha pasado de cuatro a cinco casos de autismo por 10.000 niños en edad escolar a cifras mucho por encima del uno por 700.

Una de las razones por las cuales puede haberse incrementado la población de niños con trastornos neuronales similares a los del autismo es, a juicio de muchos especialistas, el aumento espectacular en el número de dosis administradas. De hecho, se ha pasado de ninguna o unas pocas que se ponían nuestros abuelos a unas ocho para los padres actuales y, de éstas, a unas 20 o más que hoy reciben sus hijos. Si sumamos todas las que contienen mercurio (al menos siete de diferentes laboratorios) los niños vacunados en la actualidad, prácticamente todos, reciben unas cantidades de tiomersal (también llamado timerosal) muy superiores a las de sus padres y abuelos. Aún quedan vacunas tan importantes como la hepatitis B y el tétanos, incluidas, entre otras, en todos los calendarios de vacunación, que no están exentas del producto tóxico. Aunque en las farmacias también las hay sin este peligroso metal.

«DESPISTE» MÉDICO
Juran muchos padres y madres que las conductas autistas de sus hijos comenzaron a los 15 meses, poco después de que les inmunizaran contra el sarampión. El crío de Ana Medina, que nació totalmente normal y hoy sigue una estricta cura de desintoxicación de mercurio, empezó su calvario particular al poco de cumplir dos años. Un caso gemelo al de Luis. Aún no hablaba y sus movimientos, en palabras de la madre, parecían más torpes de lo habitual para un niño de su edad. «Ya hablará, le suele pasar a niños que son muy inteligentes», dice Ana que le contestó el médico de la Seguridad Social, como único diagnóstico. Un año después el chiquillo no paraba de temblar compulsivamente y de echar saliva por la boca.Y siempre la misma respuesta: «No le vemos nada, ya se le pasará», le explicaba otro pediatra. «Que le vean en la Unidad de Salud Mental», concluyó una psiquiatra de la red pública.
Agobiada por el cariz que iba tomando la salud de su hijo, Ana, que hasta entonces ni siquiera le pasaba por la cabeza sospechar de las vacunas, decidió indagar por su cuenta en revistas científicas extranjeras y empezó a devorar todo lo que se publicaba sobre el mercurio y el autismo en las numerosas páginas que circulan por Internet.«Pude darme cuenta de que decenas de niños de la edad del mío, incluso mayores que él, eran y son víctimas de un descuido o de una falta de información por parte de las autoridades sanitarias, inexplicable». [De los tres pediatras consultados por este suplemento, sólo uno dijo saber que determinadas vacunas de uso común llevan mercurio]. Tanto es así que el Catálogo de Especialidades Farmacéuticas del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos tiene dedicadas varias páginas a las vacunas españolas con tiomersal.
¿Tiene este tóxico los días contados en España?

El «riesgo teórico» está admitido por las autoridades desde hace al menos cuatro años. En una circular del desaparecido Insalud (Hoja de evaluación terapéutica, volumen 2, nº 20 de 2000)-a la que ha tenido acceso CRONICA-, el Sector 11 de Atención Primaria de Madrid refiere cómo la propia Agencia Española del Medicamento, en sintonía con la Academia Americana de Pediatría y la OMS, entre otros organismos, instaba ya «a los laboratorios productores de vacunas a intensificar los esfuerzos para eliminar de forma definitiva la presencia de tiomersal» en estos fármacos.«Ésta es una medida de precaución motivada por un riesgo teórico», se subrayaba antes de apuntarse que faltaban «datos concretos y evidencias serias en niños». Aún hoy es la postura oficial que mantiene el Ministerio de Sanidad. Según Fernando García Alonso, director general de Farmacia, «todos los estudios científicos realizados desde 1999 descartan cualquier tipo de relación».
El 8 de julio del mismo año, la Agencia Europea de Evaluación del Medicamento, en un comunicado dirigido a todos los departamentos sanitarios de la Unión, abogaba por el uso de vacunas infantiles sin tiomersal «en el plazo más breve posible».
«ENORME MENTIRA»
La investigación es el fuerte del doctor Xavier Uriarte, un catalán de reputado prestigio internacional en el campo de la Inmunología que se desmarca con contundencia de la postura oficial de las autoridades españolas. «Decir que se puede seguir vacunando con mercurio es una enorme mentira», sentencia el experto.
Él sostiene que, si todavía no se ha llegado a una conclusión científica final que establezca una relación causa efecto entre mercurio y los trastornos autistas, se debe a que la mayoría de los estudios «están pagados por la industria farmacéutica».
De lo contrario, se pregunta el inmunólogo, «¿por qué las empresas siguen vendiendo un medicamento del que ya se tienen suficientes datos para retirarlo del mercado? ¿Cómo se explica, si no, que el departamento de control de medicamentos de la Comisión Europea dispusiera, en julio de 2000, la retirada del mercurio en los fármacos como, por ejemplo, colirios y antisépticos, y en cambio no ordenara la eliminación total e inmediata de los stocks de vacunas? No digo que no haya que aplicarlas, pero que se haga con toda la seguridad necesaria. Y lo que es más grave: ¿por qué las autoridades, conscientes de este problema, siguen permitiendo que miles de niños continúen recibiendo vacunas con mercurio, sin dar cumplida cuenta a los padres de los potenciales riesgos que corren sus hijos?». Desde 1996 el tiomersal está prohibido en vacunas monodosis de uso veterinario.
El de Isabel fue un peregrinar sin aliento por los hospitales de Madrid. No entendía, pese a su formación en Biología Humana, cómo aquel niño de pelo rubio, fuerte y vivaracho, que tanto le había costado engendrar, ni siquiera le llamaba mamá. Y no porque el pequeño alguna vez la hubiera percibido como una extraña.
Antes de que cumpliera dos años David se mostraba como cualquier criatura normal a su edad. Así fue hasta que de su mente se borraron los estímulos y las caricias aprendidas en sus primeros 24 meses de vida. Luego, «perdió el sentido de la orientación, no sabía ir de un lado a otro ni bajar las escaleras de la casa», recuerda la joven madre.
Tampoco decía palabra ni jugaba con otros niños. Al verlo, los médicos concluyeron, sin más, que David era autista. El disgusto se tornó en rabia cuando los padres supieron por los doctores que el origen del mal de Pedro no tenía explicación. Ni en su cerebro ni en los genes que supuestamente predisponen al trastorno encontraron respuesta. Pero Isabel no se rindió. Y como ya hiciera Ana, se empapó de todos los estudios que hablaban del autismo y sus causas. Y encontró lo que jamás hubiera imaginado: varios estudios científicos hablaban, a favor y en contra, de una más que probable relación entre síntomas autistas e intoxicación de mercurio proveniente de vacunas infantiles.«Por unos instantes no supe cómo reaccionar. Esa misma mañana me acerqué a una farmacia y comprobé, por los prospectos de las marcas que figuran en la cartilla de vacunación, que todas las dosis que le habían administrado a mi hijo contenían tiomersal».
Los laboratorios lo justifican. Entre ellos, Berna, que comercializa vacunas de la difteria y la tosferina (Anatoxal Tedi). «Mientras Sanidad no lo prohiba y no haya estudios concluyentes, no hay razones para retirarlas», explica el jefe de marketing de la compañía, Jesús Campo.
El laberinto en el que aún vive David, con seis años cumplidos, se tornó algo más llevadero cuando su madre, Isabel, decidió por cuenta propia repetir algunos de los análisis fallidos que ya le habían hecho a su pequeño. Algo, pensó ella, se le habrá escapado a los doctores. Sobre todo después de comprobar que ninguno de los especialistas consultados llegara siquiera a sospechar de las vacunas. Hasta que un médico amigo les propuso hacer un análisis de orina en EEUU. David llevaba en sus tejidos tasas muy altas de mercurio, concluyeron los resultados. Hoy sigue un programa psicopedagógico privado en su propia casa de Madrid con buenos resultados. Pero su madre está cansada de pedir ayuda oficial, sanitaria y educativa, para poder sobrellevar la carga económica (1.000 euros al mes) que conlleva la cura. No tuvo respuesta pese a que los neurólogos de la Seguridad Social le dijeron que era el único tratamiento recomendable.
A un paso del hogar donde el pequeño David se recupera, en el vecino barrio de Móstoles, dos farmacéuticas del Hospital General (Rosa María Catalá, jefa del Servicio de Farmacia y María Segura Bedmar, adjunta), y el residente Carlos Huerta, advertían en un estudio de ocho páginas sobre los perjuicios del mercurio.
Es más, bajo el título Evaluación de la seguridad de las vacunas por su contenido en tiomersal, publicado en 2000, ya se decía claramente que éste es un «conservante potencialmente tóxico, sobre todo en los seis primeros meses de vida». Durante este periodo, añaden los investigadores, «un niño puede recibir una dosis de mercurio de entre 25 y 112,5 microgramos, lo que supera los límites del rango establecido. Y concluyen: «Siempre elegir alternativas exentas de tiomersal».
Pasado el tiempo, Isabel, como otras madres, sigue mirando hacia atrás. No se cansa de ver los vídeos que con tanta ilusión grabaron a aquel niño de pelo color oro. Sólo tenía dos años. Y al poco de recibir la séptima dosis de mercurio, David dejó de sonreír a la cámara.
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La opinión de José Luis de la Serna, subdirector de EL MUNDO y responsable del área de Salud de este periódico, la podéis leer en la página donde viene este interesante artículo que no está fuera de la realidad pero que este señor lo tacha de "Acusaciones sin fundamento". http://www.elmundo.es/cronica/2004/437/1078148137.html

Señor de la Serna, póngase usted unas 9 vacunas como los niños, o mejor, póngaselas a sus hijos, sobrinos y nietos, a todos, o es que va a esperar a que salga el estudio que usted menta en su artículo de opinión. Me gustaría saber su respuesta y discutirla.


Salud...


1 comentario:

  1. Me ha conmovido profundamente el testimonio de Mercedes y su hijo. Y me ha indignado constatar una vez más el desamparado en que vivimos los ciudadanos por los múltiples intereses por los que somos vendidos al mejro postor (o sea, la industria química/farmacéutica).

    Da igual los que caigamos mientras ello les sea beneficioso económicamente a este pequeño grupito de gente que domina al resto del Planeta.

    Un gran abrazo para todas. Gracias por mantenernos informados de este tipo de noticias que siempre son de gran interés sacar a la luz de manera constante, cada cierto tiempo, para que no se olviden y para que ya que los de arriba las tapan, que seamos nosotros los ciudadanos los encargados de difundirlas.

    Cuidaros!,

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