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miércoles, 1 de abril de 2009

´Estuve 13 años tomando Agreal´


Una de las afectadas por el fármaco cuenta su lucha.

Asegura que ha pasado de comerse el mundo a comerse por dentro y a su familia a causa de su actual estado de salud.

Conchi Fernández es una de las cientos de canarias afectadas por el fármaco Agreal, el cual asegura que estuvo tomándose durante más de trece años para aliviar los síntomas de la menopausia, producidos tras una operación en la que le extirparon la matriz antes de cumplir los 40 años.
LAURA PÉREZ SANTA CRUZ DE TENERIFE

Conchi, como la conocen todos, hace un esfuerzo para permanecer sentada en la silla de ruedas durante la entrevista. Confiesa que le es muy difícil contar en unos minutos lo que ha pasado en los últimos años de su vida, la cual aseguró ha estado marcada por una mala estrella, y cuya fuerza para sobrellevarla ha mermado su estado de salud.

Conchi asegura que tomar Agreal durante más de 13 años, tras someterse a una histerectomía, además de provocarle graves secuelas como depresión, ansiedad, problemas auditivos y de audición, ha acelerado la progresión de otras patologías que la han dejado en una silla de ruedas.

No cuenta con un informe médico que relacione su estado de salud con la toma de este medicamento contra los síntomas de la menopausia, pero asegura que hacer público su caso es el primer paso que dará, porque está dispuesta a pedir responsabilidades ante la justicia, ante el Ministerio de Sanidad, que autorizó la comercialización de este fármaco, y ante el laboratorio que lo fabricó.

Narra que en los últimos años ha pasado por numerosos médicos, sin obtener una respuesta clara de cuál es la causa de su actual estado de salud, por lo que se muestra desencantada por el trato recibido por parte de los profesionales de la sanidad pública, así como por algunos de la privada. "Lo único que he conseguido es un informe médico escueto de mi ginecólogo en el que se indica que entre el tratamiento que recibí se incluía Agreal, así como Equin, otro medicamento retirado", apunta.

Antonio, su marido, destaca que Conchi no dejó de tomar Agreal por indicaciones del médico tras la retirada del fármaco por la Agencia Europea del Medicamento, sino tras conocer los efectos que estaba provocando este fármaco en las mujeres que lo tomaban a través de un programa de televisión y posteriormente por su oficina de farmacia. Ya entonces estaba recibiendo tratamiento psiquiátrico a causa de la depresión y por los ataques de ansiedad que sufría, atención que sigue recibiendo, cuenta.

Actualmente Conchi está en contacto con AGREA-L-UCHADORAS DE ESPAÑA, que la está orientando en los pasos que tiene que dar para que los responsables de su situación respondan ante las afectadas. En su caso, esta tinerfeña, dice que ni siquiera lucha por ella, sino para que esto no vuelva a ocurrir, porque asegura que "yo ya no tengo remedio". Pese a la dramática narración de sus últimos años de vida, Conchi deja entrever durante la conversación que tras su sufrimiento por los constantes dolores y su estado de depresión se esconde una mujer alegre que aprovecha cualquier ocasión para arrancar de quien le acompaña una sonrisa. Y es que en los peores momentos, cuando afirma que ya no tiene ganas de seguir viviendo porque se siente una carga para su familia, su marido y su hijo, con quien vive Conchi, le recuerdan lo importante que es para ellos.




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